“La difícil convivencia en la calzada”
Los usuarios de bicicletas por la ciudad se quejan, reconozco que no lo tienen fácil, pero reclamar unos derechos, que les corresponden, pero se olvidan que todo derecho lleva la contrapartida de un deber.
No veo a ningún ciclista respetar las señales de tráfico, concretamente los semáforos para ellos no existen… Circulan a contra dirección, porque les molesta dar el rodeo que conlleva respetar las señales, unas veces lo hacen por la acera, con falsas excusas, y otras directamente en la calzada.
Para pedir respeto a los demás hay que empezar a respetar, ya sea a los peatones, las señales o a los propios conductores de otros vehículos más voluminosos. La circulación seria un pelin menos peligrosa para ellos, máximo que tienen mucho que perder y que van “posesos” del mismo síndrome de la velocidad aunque duela.
Los usuarios de bicicletas por la ciudad se quejan, reconozco que no lo tienen fácil, pero reclamar unos derechos, que les corresponden, pero se olvidan que todo derecho lleva la contrapartida de un deber.
No veo a ningún ciclista respetar las señales de tráfico, concretamente los semáforos para ellos no existen… Circulan a contra dirección, porque les molesta dar el rodeo que conlleva respetar las señales, unas veces lo hacen por la acera, con falsas excusas, y otras directamente en la calzada.
Para pedir respeto a los demás hay que empezar a respetar, ya sea a los peatones, las señales o a los propios conductores de otros vehículos más voluminosos. La circulación seria un pelin menos peligrosa para ellos, máximo que tienen mucho que perder y que van “posesos” del mismo síndrome de la velocidad aunque duela.
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