17 enero 2007

Facturas

En este país, comprar cualquier articulo y pedir la factura correspondiente al pagar, es el casi siempre una odisea.

Por poner un ejemplo, cuando se hace la compra diaria o semanal en el supermercado, normalmente es suficiente con recibir el ticket de caja. Pero cuando los artículos comprados son de elevado valor, o bien, se está haciendo dicha compra a efectos de otras actividades profesionales o comerciales, el pedir que te emitan una factura es como pedir la luna, en primer lugar tratan de convencerte, a ver si con el ticket o un recibo es suficiente, y cuando ven que no te convencen, demoran todo lo posible la emisión de la factura.

Otra costumbre muy extendida es: al preguntar el precio de un artículo y antes de decidir comprarlo, te dan una cifra, que se convierte 16% más alta, al pedir factura de compra. Para mi es una estafa, primero porque, en artículos de elevado valor, juegan diciendo el precio inferior, intentando hacer creer que venden más barato que la competencia, y segundo, porque si se decide comprar a ese precio, que ellos han marcado previamente, no debe verse aumentado en ningún caso.

Esta lacra no tiene remedio, porque también hay mucha gente que cree que comprar a precio B trae ventajas, cuando ese 16%, si es significativo, supone que la compra realizada debe tener una garantía que nunca se podrá ejecutar por falta de la factura. La corrupción empieza en las cosas pequeñas, y va escalando puntos, conforme a las cifras manejadas.

Conozco el caso de una persona que se ha construido un chalet, de muchos metros cuadrados, que no puede demostrar quién lo ha construido, ni el dinero invertido en él, porque no tiene ni una triste factura. Espero que dicho chalet esté construido bien, porque como tenga algún defecto de construcción…

País…

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