06 agosto 2008

Olores

Recuerdo que de niña, en mi ciudad natal, en las fachadas de edificios y monumentos singulares se podía leer aquello de: prohibido pegar carteles… y aquello otro que de niña no entendía de: prohibido hacer aguas mayores y menores.
Esto me viene a la mente porque últimamente, y a plena luz del día, veo cómo ciertos hombres, no se cortan, ni tienen ningún reparo a orinar entre vehículos, en algún rincón mas o menos disimulado, contra arboles o mismamente contra la barandilla de Sa Riera. Supongo que alguna mujer también tendrá esta misma costumbre pero al ser más evidente y dificultosa deben ser las menos.
Ahora que el calor estival aprieta, pasar junto a los containers de recogida de residuos, por la zona de la muralla u otras emblemáticas zonas es todo un atentado a la pituitaria. Se ataca, a veces con razón, a los propietarios de canes, pero contra esta costumbre insana hay tolerancia, llegue a ver en dicha aptitud un Guardia Civil de uniforme.
Si bien es verdad que el Consistorio tendría que instalar sanitarios, también es verdad que todos tenemos las misma necesidades fisiológicas y no nos comportamos como animales.
En Pekín, ante las olimpiadas, han hecho una gran campaña para conseguir modificar las costumbres chinas, como la de escupir en la calle, cosa que constato en mis convecinos de Pere Garau. A ver si alguien, se le ocurre emprender una campaña para erradicar esta varonil costumbre.

No hay comentarios: