¡Los dioses confundan al primer hombre que descubrió
la manera de distinguir las horas,
y confundan también a quien en este lugar colocó un reloj de sol
para cortar y destrozar tan horriblemente mis días
en fragmentos pequeños!
... ni siquiera puedo sentarme a comer a menos que el sol se marche.
La ciudad está tan llena de esos malditos relojes ...
Plauto (año 200 a. C.)
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